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La viticultura ante  el riesgo

La viticultura ante el riesgo

El fuego siempre ha existido, pero el riesgo se intensifica. Las imprudencias (entre las cuales se encuentran los trabajos de mantenimiento agrícola o forestal) pueden representar más de la mitad de las causas. Estos incendios pueden destruir parte de los viñedos y provocar depósitos de humo que degradan la calidad de los vinos que se producen. En Francia, si hasta ahora el riesgo afectaba mayoritariamente a las zonas mediterráneas, se está desplazando progresivamente hacia el norte. Diversos estudios han demostrado que un viñedo bien gestionado puede desempeñar un papel significativo como cortafuegos, a la vez que facilita el acceso de los bomberos.

Joel Rochard, VITIS PLANET
Asesor internacional en viticultura y enología sostenibles, especialista en cata y vinos espumosos.

Según los resultados de una misión interministerial, las superficies sensibles a los incendios podrían aumentar un 17% de aquí a 2040. Por ejemplo, en Borgoña, pasarían de 30.000 a 470.000 hectáreas.

El abandono rural
Tal como especifica el Plan Departamental de Protección de los Bosques contra Incendios (PDPFCI) de los Pirineos Orientales, "el abandono agrícola y la presión inmobiliaria en la periferia de las grandes aglomeraciones, así como en las zonas turísticas del litoral, se traducen en un desarrollo considerable de terrenos baldíos que pueden cubrir más del 70% de algunos territorios municipales. La incidencia de este fenómeno en los incendios forestales es múltiple. Y contribuye a:

  • La desaparición de franjas agrícolas que aseguran la compartimentación de los macizos forestales y a la ampliación de su superficie.
  • El desarrollo de incendios cada vez más importantes en zonas no forestales (llanuras agrícolas) con numerosos elementos urbanos o turísticos, que potencialmente pueden requerir grandes medios de extinción."

 

Viñedos como cortafuegos
La estructuración de las áreas de interfaz tiene un papel fundamental en la protección de las viviendas. La mayoría de experiencias recogidas sobre este tipo de incendio muestran que el peligro se concentra en el espacio más cercano a las casas. La realización de dispositivos de protección recae en los esfuerzos conjuntos de los distintos actores del territorio. Desde el punto de vista normativo, el Código Forestal impone a las construcciones situadas en zonas forestales una franja de desbroce de 50 metros alrededor del edificio (artículo L.134-6 del Código Forestal). Los servicios de seguridad civil han constatado que muchos incendios importantes han sido contenidos por los viñedos, lo que subraya la eficacia de los cortafuegos vitícolas.

Sin embargo, algunos viñedos mal gestionados, con mucha vegetación herbácea entre las filas, pueden propagar el fuego y reducir así su papel protector. Por otro lado, en caso de incendios muy intensos, la transmisión de calor por irradiación puede hacer avanzar el fuego hasta 45 metros dentro de una parcela de viñedo, distancia que debe tenerse en cuenta en una estrategia de protección de viviendas e infraestructuras.

Impacto de los incendios en los vinos
Cuando los viñedos están expuestos al humo, las hojas y las uvas pueden fijar compuestos volátiles (como los fenoles volátiles guayacol, 4-metilguayacol, p-cresol y siringol), inicialmente detectados en forma libre (aglicona), pero que se transforman rápidamente en formas glucoconjugadas. Estos compuestos pueden descomponerse y liberarse durante la fermentación.

Las características sensoriales de sabor a humo son a menudo más marcadas en los vinos tintos en comparación con los blancos (debido a la transferencia de moléculas no deseadas durante el pisado, la maceración y la fermentación en contacto con las pieles).