Skip to main content
Bosque y viñedo, un equilibrio mediterráneo inestable

Bosque y viñedo, un equilibrio mediterráneo inestable

Un paisaje históricamente conformado por el clima mediterráneo y la actividad humana, con temperaturas extremas, sequias, erosión, junto con unas prácticas agroforestales variables según zona, época y situación socioeconómica. Es un equilibrio inestable entre bosque y agricultura, en el que el agua y el fuego actúan como causa y efecto en el mismo.

Artículo de Robert Savé, investigador emérito del IRTA (Viticultura & Cambio Climático)

Es un paisaje históricamente conformado por el clima mediterráneo y la actividad humana, con temperaturas extremas, sequias, erosión, junto con unas prácticas agroforestales variables según zona, época y situación socioeconómica.

Se caracteriza por los inviernos suaves, excepcionalmente fríos i secos, con veranos muy caluros, junto con una pluviometría irregular en cantidad e intensidad distribuida mayoritariamente en otoño y primavera, lo que genera unas tasas de evaporación superiores a la precipitación, dan como característica una sequía casi permanente, que, junto con unos suelos pobres en materia orgánica y no muy profundos, condiciona la vegetación que en ellos crece.

Factores que se ven y verán agravados debido a que el mediterráneo es uno de los puntos calientes del cambio climático a nivel planetario.

En este contexto, la relación bosque y agricultura, es un equilibrio inestable, en el que el agua y el fuego actúan como causa y efecto en el mismo, y, por tanto, su gestión debe plantearse y hacerse a nivel holístico de paisaje, lo cual no es sencillo, dadas las características edafoclimáticas y las realidades socioeconómicas del mediterráneo, así como la necesidad de preservar la biodiversidad activa, el uso de energía no contaminante, el mantenimiento de suelos productivos, reduciendo drásticamente las pisadas de carbono y agua del metabolismo social.

Parece claro que las soluciones, no hay solo una válida para todas las realidades actuales y futuras, deberán promoverse desde el mas estricto conocimiento científico, la sobriedad en la gestión de los recursos, la eficiencia en su uso y el sentido común.